1 julio, 2009
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Presentación del libro “Religión, desarrollo y modernidad”, por Cornelio Rodríguez García

Presentación del libro “Religión, desarrollo y modernidad” de la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en el Centro-Occidente de México (RIFREM).

LA RIFREM se conformó en 1998.

Agradezco ampliamente a la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en el Centro-Occidente de México (RIFREM), al Dr. en Ciencias Sociales, Luis Rodolfo Morán Quiroz, y más directamente a la Dra. en Historia, Profesora-Investigadora del Doctorado en Humanidades y Artes de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Laura Gema Flores García, por haberme extendido la atenta invitación para presentar el libro: Religión, Desarrollo y Modernidad, al lado de otros dedicados investigadores.

El trabajo de la Coordinación de la RIFREM es digno de encomio porque, demás de haber logrado interesar a sus miembros sobre el tema de investigación, ha ampliado la red con nuevos miembros, lo cual lleva a proponer nuevas perspectivas sobre el fenómeno religioso, logrando penetrar más allá del Centro-Occidente y rebasando la geografía mexicana, llegando hasta Argentina, España, Colombia y Estados Unidos de Norteamérica. La RIFREM, lejos de una actitud monolítica, empobrecedora, ha adoptando una actitud moderna, flexibilizando parte de su proyecto original, ampliando la red de intercambio de fuentes informativas y enriqueciendo la investigación con nuevas perspectivas al incorporar investigadores de otras partes del mundo.

El libro como trabajo de la RIFREM se suma a otros estudios académicos personales e institucionales que se han realizado sobre las iglesias, agrupaciones y manifestaciones de los fieles en México en un ambiente de libertad total. La RIFREM hace ver la relevancia que el fenómeno religioso ha tomado en un clima de secularización, de desarrollo y modernidad. ¿La modernidad es la “muerte de Dios”? Los estudios cobran importancia y factibilidad una vez que se advierte la fuerza culturizante de la religión y se tiene el apoyo institucional.

La obra puede propiciar discusiones sobre el hoy de la religión en México, no sólo como profundización en un objeto interesante de estudio que ha cambiado y se ha diversificado en forma alarmante sobre todo a partir del siglo XX, sino como posible fortalecimiento de las propias convicciones religiosas hacia una identidad más clara y una práctica consecuente de ellas. El libro presenta la fuerza de los grupos religiosos como agentes de cambio social, político y cultural.

Sobre la pertinencia y dificultades del tema
En el siglo XIX con el nacimiento del nacionalismo inaugurado por la Revolución francesa, los académicos consideraban que el fenómeno de la religión se había vuelto anacrónico y que su verdadero significado quedaba en la noche de los tiempos, en la prehistoria, y que su relevancia había terminado (Lo religioso, una guía introductoria, Martín Forward, p. 38).

El Papa Juan Pablo II, ante la pregunta: ¿Por qué tantas religiones?, responde: Los hombres buscan la respuesta a los recónditos enigmas de la condición humana, que ayer como hoy turban profundamente el corazón del hombre: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo y a dónde voy? ¿Por qué existe el mal? ¿Qué hay después de esta vida? (Cruzando el umbral de la esperanza, p. 94 y Encíclica Fe y Razón, n. 1). Como respuesta a la pregunta ¿para qué sirve creer?, dice: “la utilidad fundamental de la fe está en el hecho mismo de haber creído y de haber confiado, (id., p. 189). Ante la afirmación: “Hacia el dos mil en minoría”, comenta el Papa: Los valores religiosos no son cuantificables. “A decir verdad, tampoco la sociología de la religión, por otra parte muy útil, puede decirnos mucho; los criterios de valoración que ofrece, según sus presupuestos, no sirven si lo que se quiere es sacar conclusiones sobre el comportamiento interior de las personas. Ninguna estadística que pretenda presentar cuantitativamente la fe, por ejemplo mediante la sola participación de los fieles en los ritos religiosos, alcanza el núcleo de la cuestión. Aquí las solas cifras no bastan” (Id., p.115) (religión invisible).

El malestar contemporáneo con respecto a la religión no es un fenómeno nuevo. Se dio un destello no sólo de escepticismo, sino de crudo antropocentrismo, secularismo, en Roma y en Grecia en el siglo V a. C., con la sentencia de Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Supuestamente fue expulsado de Atenas y su libro fue quemado en la plaza pública por su rechazo a los dioses de la ciudad. Protágoras señaló: “Acerca de los dioses, no tengo la capacidad para saber si son o no son, ni para saber cual es su forma; pues hay muchas cosas que impiden este conocimiento: la oscuridad del tema y lo breve de la vida humana” (Lo religioso una guía introductoria, Martín Fordward, p. 28).

La cultura griega y la religión bíblica son fuerzas históricas de gran relevancia como agentes de secularización, al desmitificar la fuerza cósmica y al responsabilizar éticamente al hombre de su existencia y de su destino.

Cualidades de la obra
La introducción, a cargo de los coordinadores de la obra, Dr. Luis Rodolfo Morán Quiroz y la Dra. Laura Gema Flores García, sintetiza en forma ágil e ilustrativa los contenidos de la obra, por lo cual, puede considerarse como una excelente presentación. En ella define términos y escenarios para entender el tema y los marcos de desarrollo, modernidad, cultura, vínculos entre espiritualidad y naturaleza (p. 19), etc.

La obra presenta a la religión como realidad polivalente, cuya respuesta encuentra un fuerte arraigo en la religiosidad popular, como un ser vivo, cambiante, capaz de pervertir o de ennoblecer, de iluminar o de ensombrecer, de consolar o de atormentar, como recurso justificativo o reprobatorio, caprichoso como el ser humano. Un ser vivo, incómodo para algunos e indispensable para otros.

Proporciona una amplia bibliografía útil para profundizar en el tema, superando la saturación de ciertas fuentes bibliográficas, y contribuye a superar estereotipos y prejuicios antiguos sobre las ciencias sociales e históricas y de estudios científicos.

Presenta gran parte del actual panorama religioso del país, de las luchas internas provocadas por la religión. En algunos temas históricos, la iglesia, sobre todo católica, ha sido calificada como oscurantista y retrógrada, responsable del retrazo económico, científico, cultural y social. Cuando manifiesta avance, se le acusa de invadir terrenos que no le corresponden como ser agente de presión y cambio frente a gobiernos corruptos, a favor de los pobres y marginados, a favor de la educación, a la luz de principios extraídos del evangelio, que es la base de la doctrina social de la iglesia.

La obra nuestra el fenómeno religioso mexicano como una realidad sorprendente, cambiante, en la lucha histórica por encontrar su identidad. Muestra la importancia que tiene el conocimiento de la religión en cada sociedad o en determinados grupos.

El libro lleva a reflexionar sobre doctrinas e ideologías heredadas y no problematizadas por una cultura tradicional. Muestra la fragilidad de la Iglesia católica para evangelizar la cultura, en concreto, la religiosidad popular, la cual es campo fértil, pero difícil, para la formación de grupos que en el fondo buscan la cercanía con Dios.

Aporta elementos de análisis sobre las raíces de la religión en México y su devenir histórico: sincretismos, hibridez, confusión, contradicciones, resistencias a nuevas propuestas, a cambios, propios de la religión como realidad histórica, liderazgo de personajes carismáticos bien intencionados para hacer surgir a los pueblos indígenas de la miseria y en general al pueblo mexicano (Agricol Lozano Herrera, p. 159 y ss.).

Muestra la capacidad de grupos indígenas y caribeños para apropiarse de símbolos religiosos y darles nueva significación (Orbis sacro, p.133 ss.), mediante la reconciliación de herencias religiosas distintas, manifiestas en imágenes, rituales, leyendas, poesía, fines espirituales y materiales. Esta religiosidad conserva una profunda relación entre los seguidores actuales y sus antepasados y una imaginería popular creativa admirable (p. 381ss), configurando una de la caras del catolicismo latinoamericano, fuerte expresión de la religiosidad popular.

Comentario a algunos temas en especial
Me permito hacer algunos comentarios a temas que parecen más candentes y que podrían suscitar malos entendidos y controversia, lo cual no significa que los demás trabajos sean de menor calidad.

Evitando todo anacronismo y considerando el espíritu general del tiempo en el que se promueve fallidamente la beatificación de Gregorio López (p. 225) y la ingerencia y orientación espiritualista de la Iglesia en las prácticas testamentarias, tanto en Sultepec, Estado de México, y es de suponerse que también en otras entidades del país (p. 249), la iglesia post-tridentina tenía una confianza ilimitada en su propia autoridad. La intolerancia teórica y práctica constituía su comportamiento característico. La religión católica era religión de Estado. Aunque existía entre ambos un trato de iguales, la iglesia era controlada por el Estado, el cual sancionaba sus decisiones, nombraba a los obispos franceses, reconocía los votos religiosos, etc.

La Iglesia mezcló simultáneamente, en forma peligrosa, aspectos positivos y negativos: riqueza, poder, privilegios, afición mundana, control de beatificaciones y canonizaciones, y el florecimiento de institutos religiosos y de heroicos santos, hombres y mujeres, aumento en la práctica sacramental, etc. (La chiesa nell’etá dell’assolutismo, Giacomo Martina, Morcelliana, Brescia 1978, varias pág.) La filosofía moderna con su carácter naturalista e irreligioso, se hizo presente en dos escuelas fundamentales, racionalismo y empirismo, y posteriormente en el Aufklärung (Iluminismo Alemán) y La Enciclopedia (1751-1772). Ésta última sintetizó y difundió los aspectos negativos de la Iglesia. Las características del empirismo francés fueron, desde un principio, el rechazo de toda religión positiva o revelada, materialismo en metafísica, hedonismo en ética, incredulidad y rebeldía contra cualquier dogma e imposición religiosa (Historia de las doctrinas filosóficas, Samuel Vargas Montoya, Porrúa, México 1989, p. 278-279). Este cúmulo de ideas y de hechos que cundió en el ambiente mexicano, además de situaciones particulares nacionales, provocaron la promoción de la irreligiosidad y el anticlericalismo, llegando con las Leyes de Reforma a la aplicación de medidas extremas en contra de la Iglesia, como la confiscación de bienes, expulsión de órdenes religiosas, provocando el fortalecimiento de ésta mediante grupos leales que después se agruparán en movimientos civiles y políticos como en Aguascalientes (p. 291). La iglesia moderna se reconoce santa y pecadora (SC 2).

El Estado del México moderno, vio a la Iglesia como obstáculo para su desarrollo, por lo cual cierra seminarios (p. 317), los cuales funcionaron en la clandestinidad o en el extranjero, vivieron en la penuria. Cuando el gobierno abre las puertas a grupos protestantes norteamericanos para que acabaran con la Iglesia católica, recientemente, en contrario a sus planes, la fortalece para que neutralice la actuación negativa de algunas sectas protestantes, por su escaso compromiso social e impulso hacia el fanatismo de sus miembros.

Una vez recuperada la paz, la Iglesia tiene que acallar su voz profética y controlar cualquier exposición pública o privada de la doctrina de la Iglesia en materia política, educativa, económica, por parte de los sacerdotes, grupos o miembros, como aconteció al Padre Pedro Velásquez (p. 271). Los obispos fueron obligados a no exponer la verdad del Evangelio ¿Fue prudencia? ¿Qué hubiera sido de la jerarquía eclesiástica y de los católicos si no hubiera procedido con cautela, aun a pesar de estar faltando a un deber fundamental en voz del Padre Velásquez? ¿Prefirieron acallar en forma injusta al sacerdote? ¿El ambiente de tensión ameritaba callar la verdad?

Posteriormente, con el gobierno de Miguel de la Madrid y de Salinas de Gortari, mediante modificaciones al artículo tercero, el ambiente cambia para la Iglesia. Se restablecen las relaciones Iglesia- Estado. Los escritos, los hechos y las visitas del Papa Juan Pablo II a México influyen positivamente en la actuación del gobierno y del pueblo mexicano con relación a la Iglesia católica y a los grupos religiosos y favorecen el ejercicio de la Nueva Evangelización y el aprecio y atención a la Religiosidad Popular.

Pentecostalismo
El movimiento cristiano Pentecostal, surgido en Norteamérica fue admitido en la Iglesia católica por los obispos mexicanos como Movimiento católica de Renovación en el Espíritu Santo, en 1970. Los obispos advierten sobre el escaso compromiso social de este movimiento, y naturalmente, del problema ecológico, a pesar de ser el Espíritu Santo que da vida su soporte teológico. El Papa Juan Pablo II dio criterios precisos para un correcto funcionamiento de esta corriente espiritual.

La Iglesia católica que, en los últimos años se ha declarado en forma decidida a favor de la vida, considera que el problema ecológico es problema religioso, pero, sobre todo, humano. La dignidad de la persona está al centro de la pregunta: ¿Sobrevivir? ¿En qué condiciones? En su reflexión inter y trans-disciplinaria tiene en cuenta los aportes del Club de Roma: Imparare il futuro (Aprender el futuro,1979), settimo rapporto al Club de Roma (séptimo reporte al Club de Roma, p. 27): “El hecho de poner la sobrevivencia humana como primerísimo objetivo del aprendizaje, significa que no discutimos temas metafísicos, al contrario, el aprendizaje se ha convertido una cuestión de vida o de muerte”, además: I Limiti dello Sviluppo (Los límites del desarrollo), rapporto del System Dynamics Group…per il proggeto del Club di Roma sui dilemmi dell’umanità (Reporte del SDG…para el proyecto del Club de Roma sobre los dilemas de la humanidad, Edizioni Scientifiche e techiche, Mondadori, Italy). Las conclusiones del Club de Roma han sido consideradas por autores latinoamericanos como engañosas y alarmistas.

En 1979, el Papa Juan Pablo II proclamó a San Francisco de Asís patrono de la ecología y los ecologistas, mediante la Bula Inter Sanctos. Los franciscanos ubican el amor a la ecología y sus problemas como parte central en su ideario.

Justificación teológica del capitalismo
En el tema ¿Una ética para el capitalismo? (p. 95), el autor advierte que fundamentar teológicamente un sistema económico es sacralizarlo, y por lo mismo coacciona la libertad humana y es un peligro para la democracia. En 1990 un grupo de intelectuales norteamericanos hicieron el intento de fundamentar teológicamente el sistema capitalista. La búsqueda, por parte de la Iglesia católica, de un sistema económico que contribuyera a la liberación de los pobres latinoamericanos, representó la vía dolorosa en los años setentas del siglo pasado. Puebla habló de los sistemas capitalista y socialista como pecaminosos (Medellín 35, Puebla 15, 92, 70). El capitalismo es el imperialismo internacional del dinero y el socialismo oprime y esclaviza a la persona. Es conocida la declaración del obispo de Cuernavaca Mons. Sergio Méndez Arceo, quien manifestó su inclinación por un socialismo democrático (Proyección y transformación de la Iglesia Latinoamericana, Méndez A. Sergio, Cuernavaca 1970, 7). Las propuestas de la Teología de la Liberación del P. Gustavo Gutiérrez no fueron aceptadas.

Resumen de los contenidos de la obra
No existe un leit motiv (hilo conductor) en los temas de la obra, pero la diversiformidad favorece una visión amplia del fenómeno religioso en latinoamérica.
En algunos trabajos se refleja con mayor intensidad el desarrollo y el impacto de la modernidad en el mundo religioso.
Realiza una inmersión profunda en la doctrina y en la praxis religiosa tanto oficial como popular para diferentes fines.
Muestra la emancipación de la tutela de las instituciones religiosas produciéndose una cierta desacralización de la realidad cultural o social que puede significar una forma de decadencia religiosa.
Hace ver los procesos de secularización: búsqueda de un nuevo humanismo centrado en la autonomía responsable.
Hibridación cultural en el entorno de un creciente proceso de secularización del mundo político que desvincula su actividad de sentidos trascendentes.
Permanencia y cambio
Algunos valores y visiones del mundo se independizan de la tradición y la costumbre.
Muestra en algunos campos la pérdida del interés por las ideas eternas.
Se hace ver la centralización de la atención en la fenomenología y dinámica de lo verificable y tangible
Va emergiendo una nueva cultura
Se pretende fundar el tiempo en la eternidad y lo finito en lo infinito, y al contrario.
Se da un amplio desarrollo de movimientos religiosos como verdadero mercado competitivo.
Surgen nuevos actores comunitarios con una base emocional y funcional que permite la sobrevivencia de pobres y marginados.
Parece predominar un modelo pentecostal que escapa al catolicismo y al protestantismo histórico hacia una modernidad propia, pero sin compromiso ecológico y social.

En cuanto al saber riguroso
Se opta por una realidad inmanente, pragmática
Preocupación y búsqueda de la verificabilidad y de la falsificabilidad
Se pierden algunos rasgos fundamentales de la cultura arcaica, cambiando la concepción y reflejo de lo sagrado
Vida individual y social más racional y profana
Funciones vitales se emancipan de la tutela de instituciones religiosas
Purificación de la religión
Hostilidad de la cultura secular contra ciertas formas deficientes de la vivencia religiosa que puede provocar manifestaciones de fanatismo.
Anticlericalismo: ataques contra la religión por considerarse falsamente enemiga de la ciencia y del progreso
Reacomodo de la Iglesia de acuerdo a al ingerencia del poder político, económico y cultural.
Dialéctica entre dos órdenes diferentes: Iglesia y poder civil
Dialéctica entre concepciones científicas y populares, sacro y profano, eterno y temporal
Se dan intentos de poseer el mundo, las conciencias, el tiempo y la eternidad
El estudio del fenómeno religioso oficial y popular cobra importancia a nivel institucional y personal por el impacto cultural que representa para la confección de nuevos proyectos
La cultura híbrida lleva a la configuración cambiante de nuestra identidad nacional impactada por la modernidad del desarrollo y de la laicidad o secularización.

Zacatecas, Zac., a 30 de junio de 2009
Cornelio Rodríguez García

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